Hace unos días volví a leer el cuento del Almohadón de Plumas de Horacio Quiroga , es la historia de un hombre que en la noche de bodas le regala a su esposa una almohada que había pasado de generación en generación, pero al tiempo de regalarle esa almohada su esposa enfermo de una anemia terrible que la consumió hasta la muerte. Al limpiar el cuarto luego del funeral encontró una gota de sangre en el almohadón lo que el obligo a romperlo, encontrando un parásito que le chupo la sangre a su amada esposa. Wao! que terrible darse cuenta que algo tan sencillo acabo con la vida de la mujer que amaba y el si darse cuenta.
Al leer esto me puse a pensar que así mismo en nuestra vida hay cosas que están escondidas, que nos destruyen poco a poco llevándonos a la muerte ,ya sea física o espiritual. Ya lo dijo el Salmista "Mientras calle se envejecieron mis huesos" Existen secretos escondidos en el corazón que nos matan lentamente. Debemos ser cuidadosos con las cosas que guardamos, no es que le digamos a otro nuestros secretos pero de alguna manera hay que salir de ellos ¿no crees?
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