Se me antoja mirarte
con los ojos cerrados
para que no te des cuenta
que te estoy mirando.
Se me antoja tu boca
saborear de esa miel
que destilan tus labios
cada vez que te beso.
Se me antoja el perfume
que tiene tu cuello
y que queda impregando
activando el deseo.
Se me antoja oír la música
que compone tu corazon
cada vez que te hablo
aunque sea de lejos.
Se me antoja tu vida
cada vez que te sueño
y no quiero dejarte
ni un minuto a silencio.
Entre tantos deseos
que tengo de ti amado mio
solo queda preguntarte
¿quieres venir a cumplirme el deseo?
Libélula