Yo duermo, pero mi corazón vela:
oigo a mi amado que golpea.
"¡Ábreme, hermana mía, mi amada,
paloma mía, mi preciosa!
Porque mi cabeza está
empapada por el rocío
y mi cabellera por la
humedad de la noche".
"Ya me quité la túnica,
¿cómo voy a ponérmela de nuevo?
Ya me lavé los pies,
¿cómo voy a ensuciármelos?"
Mi amado pasó la mano
por la abertura de la puerta,
y se estremecieron mis entrañas.
Me levanté para abrirle a mi amado,
y mis manos destilaron mirra,
fluyó mirra de mis dedos,
por el pasador de la cerradura.
Yo misma le abrí a mi amado,
pero él ya había desaparecido.
¡El alma se me fue detrás de él!
¡Lo busqué, y no lo encontré,
lo llamé y no me respondió!
...si encuentran a mi amado,
le dirán... ¿qué le dirán?
Que estoy enferma de amor.
Cantares 5
2 comentarios:
Aveces sucede,nuestro deseo es tan grande que no atiende a los principios de oportunidad y proporcio. necesarios para equilibrar esas energias y verlas realizadas por lo que el mismo deseo se encasquilla en nuestra propia alma
. Mi Libelula es un placer y un privilegio leerte.
Te adoro....bsos.
.
Le diré que sane la herida...
un abrazo!
ALas de MAriposa.
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